
Las elecciones legislativas bonaerenses de este domingo aparecen como un punto clave para el futuro político del país. Aunque se trate de una disputa provincial, el oficialismo de Javier Milei buscó nacionalizar la campaña, mientras que Axel Kicillof apostó a consolidarse como la principal figura opositora.
El gobernador bonaerense es quien más arriesga: pone en juego buena parte de su fuerza en la Legislatura y, además, su rol dentro del peronismo. Tras semanas de tensiones internas, el oficialismo provincial logró cerrar una lista de unidad, aunque la convivencia entre los distintos sectores sigue siendo frágil.
Expectativas y cautela en La Plata
Desde el entorno de Kicillof reconocen que el escenario cambió: “Arrancamos 15 puntos abajo y ahora estamos en empate técnico, según los propios libertarios”, señalan con optimismo moderado. Otros, en cambio, prefieren bajarle el tono y hablan de que “una buena elección sería perder por poco”.
El mandatario bonaerense insistió en provincializar la campaña y agradeció públicamente a Sergio Massa por el rol que jugó para alcanzar la unidad. El Frente Renovador confirmó su presencia en el búnker de La Plata para esperar los resultados, pero la incógnita vuelve a ser el kirchnerismo: ni Máximo Kirchner ni varios intendentes K confirmaron si estarán en el acto central.
Un cierre de campaña fragmentado
Mientras Milei eligió un multitudinario acto en Moreno, el peronismo optó por una estrategia de múltiples actividades más pequeñas. “No hay clima social para un acto de aparato”, explicaron cerca de Kicillof.
En la recta final, el gobernador recorrió distritos clave como San Martín, Almirante Brown, Florencio Varela y La Plata, acompañado por figuras de peso como Gabriel Katopodis y Verónica Magario, buscando reforzar la presencia territorial en la Primera y la Tercera Sección electoral, donde se define gran parte de la elección.
Una unidad en tensión
Aunque las diferencias internas persisten, todos los sectores del peronismo coinciden en un objetivo común: ponerle un freno al gobierno nacional. La gran incógnita es si, tras el domingo, Kicillof logrará emerger como el referente indiscutido de la oposición o si las urnas abrirán un nuevo capítulo de disputas dentro del PJ.